Sumario

En Primera Persona

María Pía Timón Tiemblo

Coordinadora del Plan Nacional de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial

“El patrimonio cultural inmaterial es identidad, vivencia y transmisión”

La UNESCO considera patrimonio cultural inmaterial las tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, las artes del espectáculo, los usos sociales, rituales y actos festivos, los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y las técnicas artesanales tradicionales. Es cultura popular, por cuanto es del pueblo, creada a lo largo de los años, sentida, vivida e interiorizada por las personas. España es el único país que tiene una ley que protege su patrimonio cultural inmaterial y que ha desarrollado un plan nacional para ello. La intención es conservar el conocimiento, la experiencia y la resiliencia de sus protagonistas, ejemplo, en muchas ocasiones, de una relación de equilibrio con el medio.

María Pía Timón Tiemblo es etnóloga, coordinadora del Plan de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial en el Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura y Deporte. Autora de numerosos estudios y publicaciones sobre el patrimonio cultural español, cuando investiga pregunta, habla, come y vive con los protagonistas en busca de la vivencia que crea identidad y se transmite de generación en generación.

"Aquellas manifestaciones culturales que no se adaptan a las nuevas realidades sociales terminan por desaparecer; las que lo hacen se perpetúan".

¿Se pueden mantener vivos los pueblos sin mantener su patrimonio cultural inmaterial (PCI)?

Le falta una parte importantísima porque el PCI les da cohesión e identidad. En Latinoamérica está siendo un elemento reivindicativo, de lucha social.

Sin embargo, no todas las tradiciones se viven de igual forma por toda la sociedad, hay algunas que provocan un fuerte rechazo en una parte de ella, como las que tienen que ver con maltrato animal.

Una de las cosas que dice nuestro plan es que defenderá la integridad animal y humana. Pero debe ser la propia comunidad portadora la que decida qué hacer con esa fiesta, llegar a acuerdos. Sí es verdad que la tauromaquia está considerada PCI, pero no está incluida, como tal, en el Plan de Salvaguardia. Sí tenemos, por ejemplo, un proyecto en el Plan sobre la dehesa y hay que conocer la importancia de la ganadería de lidia en el equilibrio medioambiental de este espacio y en el mantenimiento de un gran número de oficios que desaparecerían con ella.

Pero hay PCI que no pueden adoptarse por esa parte de la sociedad.

La clave está en la adaptación, en no fosilizarse. Aquellas manifestaciones culturales que no se adaptan a las nuevas realidades sociales terminan por desaparecer, las que lo hacen se perpetúan. Desde la propia comunidad surgirán instrumentos para adaptarse a los nuevos tiempos.

"Las migraciones han traído un auténtico crisol de culturas que hay que ver como un estímulo, una riqueza y revitalización".

Los nuevos pobladores de las zonas rurales traen otra identidad, ¿cómo la incorporan a la local y por qué adoptan esta última?

Las migraciones han traído un auténtico crisol de culturas que hay que ver como un estímulo, una riqueza y revitalización, puede que como una fusión de patrimonios culturales. En las zonas rurales hay integración cuando los nuevos pobladores tienen una sensibilidad y un respeto por el medio natural importante. Además, cuando se identifican con la fiesta local se identifican con la comunidad.

¿La identidad va en esos casos más allá de tener el mismo idioma?

Totalmente, la identidad cultural va más allá de la propia lengua. En cuanto visten al niño con el atuendo de la fiesta son aceptados por la comunidad, hablen el idioma que hablen.

Texto: Ismael Muñoz. Fotografías: María Pía Timón / Tragsatec / Eneko Bidegain

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