Sumario

En Primera Persona

José Antonio Asensio

Gerente del Consorcio Promoción del Ovino

“Ser entidad asociativa prioritaria es una oportunidad única para hacer inversiones que nos permitan avanzar en la cadena de valor”

José Antonio Asensio transmite la ilusión de quien ha conseguido la herramienta que quería para hacer realidad todas las ideas que borbotean en su cabeza. Consciente de lo mucho que hay que hacer, enfrenta el reto con ilusión, prefiere fijarse más en los puntos fuertes que tiene el sector ovino antes que instalarse en el lamento de las amenazas que lo acechan desde hace años. Uno de los primeros es formar entidades asociativas prioritarias.

El Consorcio Promoción del Ovino nace en enero de 2017 como coo¬perativa de primer grado por la fusión de cinco cooperativas de Castilla y León. Con la sede central en Villalpando (Zamora) y ocho centros operativos en la región, su producción anual de leche es de más de 65 millones de litros, vende más de 150.000 cabezas de lechazo, 60 millones de kilos de forraje y representan a más de 800 ganaderos. Este tamaño le ha permitido convertirse en entidad aso¬ciativa prioritaria, una puerta a la innova¬ción y al futuro del sector.

"Lo primero ha sido organizarnos en cuatro líneas de negocio fundamentales: la leche de oveja, la carne de ovino, la nutrición animal y los servicios al ganadero".

Ustedes son cooperativa de primer grado desde enero de 2017 ¿qué es lo primero que han hecho?

Lo primero ha sido organizarnos en cuatro líneas de negocio fundamentales: la leche de oveja, la carne de ovino, la nutrición animal y los servicios al ganadero.

Desde 2004 éramos cooperativa de segundo grado, pero en 2014 entendimos que debíamos avanzar en el compromiso con nuestros clientes y la mejor manera que se nos ocurrió fue fusionar las cooperativas. Tardamos casi tres años en lograr esa fusión.

¿Por qué era necesaria esta evolución?

Por otra parte, queríamos avanzar en la cadena de valor de la leche de oveja y en la carne de ovino y, además, mejorar en servicios directos al ganadero. Era ne¬cesario convertirnos en cooperativa de primer grado para que el ganadero fuese miembro directo de la misma, sin la difi¬cultad de las condiciones más exigentes que requiere ser socio de una cooperati¬va de segundo grado.

Y todo esto, claro está, con el objetivo de fondo de convertirnos en una cooperativa nacional.

"Gracias a este tamaño (cooperativa de primer grado) hemos establecido un servicio de corre turnos para que el que quiera pueda cogerse vacaciones y su ganado esté atendido por otro ganadero profesional".

¿En qué ha mejorado ese servicio a los socios?

La organización y el tamaño que tenemos ahora nos permiten dar servicio a nuestros ganaderos desde el punto de vista veterinario, económico y financiero y asesoramiento fiscal o ayuda en la gestión y en los trámites burocráticos, por ejemplo. Gracias a este tamaño hemos establecido un servicio de corre turnos para que el que quiera pueda cogerse vacaciones y su ganado esté atendido por otro ganadero profesional. Esto supone calidad de vida.

¿Qué aporta a la cooperativa convertirse en entidad asociativa prioritaria (EAP)?

Es una oportunidad única para hacer inversiones que nos permitan avanzar en la cadena de valor. Nos permitirá dar un paso en la industrialización, en los servicios al socio y para ganar mercado internacional. Sin la inyección económica que supone acceder a estas líneas de ayudas no puedes competir. Sin tamaño no puedes hacer determinadas cosas, como una estrategia comercial, promover las ventajas de los productos de nuestros ganaderos o actuar incluso como un foco de opinión en determinados foros.

Este tamaño nos hace visibles para la gran industria, para el consumidor y para un mercado en el que el sector ovino es el hermano pobre del sector lácteo español.

Texto y Fotografías: Ismael Muñoz.

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