Las cooperativas agroalimentarias no sólo están frenando la despoblación del mundo rural, sino que en determinadas zonas y/o sectores constituyen la única forma de que los productores rurales consigan precios razonables por sus productos, al agrupar la oferta ofrecida a las empresas de transformación o distribución minorista. Esta forma de asociacionismo, sin embargo, se enfrenta a algunos retos para el futuro próximo.
Las cooperativas agroalimentarias son un ejemplo de empresa sostenible, tanto en el plano económico, como social y medioambiental. Asimismo, son un modelo de empresa diferente que constituye una pieza importante de la cohesión social y territorial en España, y tienen un peso específico muy relevante en la economía española.
Ahora bien, en el cambiante mundo actual, estas empresas necesitan afrontar determinados retos que afectan a su régimen jurídico, fiscal y económico-contable, que es el ámbito de trabajo de la Cátedra Cooperativas Agroalimentarias/ Universidad de Valencia.
En efecto, la constitución de grupos cooperativos no se ve facilitada por su régimen de consolidación fiscal actualmente vigente, especialmente si se tiene en cuenta que no cabe la consolidación contable de cooperativas. Por otra parte, la existencia de diferentes regulaciones autonómicas genera distorsiones e incertidumbres importantes en el régimen de las relaciones entre las cooperativas del grupo.
Tampoco se facilitan otras formas más suaves de intercooperación, ya que en el ámbito sustantivo prácticamente sólo se regulan los acuerdos intercooperativos, desconociendo otras relaciones, e incluso estos tienen un régimen fiscal poco coherente que penaliza estas fórmulas de cooperación.
También sería conveniente ayudar a que los jóvenes visualizaran el cooperativismo agroalimentario como un terreno idóneo de salida profesional, dado que, además, se ha detectado una carencia de expertos en la gestión de cooperativas. En este punto, la cátedra desarrolla actividades destinadas a la difusión del modelo y a la formación de jóvenes universitarios en la gestión de cooperativas agroalimentarias, tales como la convocatoria de un premio a trabajos académicos, la realización de talleres y el desarrollo de un programa formativo.
Por último, el gran reto de las cooperativas agroalimentarias es el de hacer ver a la sociedad el importante valor que aportan a la actividad agroalimentaria, cómo son un modelo de empresa diferente y mejor desde tantos puntos de vista, que aporta respeto hacia las personas que producen los alimentos y hacia las que los consumen. Para poder mostrarlo, las cooperativas deben tomar conciencia previamente de cuánto aportan en términos de calidad y competitividad al mercado agroalimentario.
